domingo, 6 de enero de 2019

Transplante de especies autóctonas.

¿Cómo hacer un buen transplante y no morir en el intento? O mejor dicho, que la planta no muera...

Por Alejandro Benatar.

El transplante es algo muy sencillo de hacer, pero cuando lo hacemos mal, desperdiciamos mucho tiempo que le dedicamos al cultivo de una determinada planta. Esto es más grave cuando nos falla el transplante de un ejemplar de varios años. Por eso, voy a compartirles una guía para un correcto transplante de especies autóctonas (en realidad de cualquier especie, pero si siguen el blog, sabrán los problemas que traen las especies exóticas, y descuento que ya dejaron de cultivarlas). 

En primer lugar, ¿por qué transplantamos? Las plantas necesitan un espacio adecuado para desarrollar sus raíces, y por lo tanto cuando ya adquirieron un determinado tamaño es necesario su transplante. Y eso es lo que vamos a hacer con este hermoso espinillo (Vachellia caven) germinado en primavera y cultivado en una maceta. 
¿Pero se puede transplantar en pleno verano con más de 30 grados de temperatura? Sí, sólo hay que tener en cuenta que las raíces no tomen aire. 
¿Y por qué hay gente que transplanta sólo en invierno? En esa época, la planta está metabólicamente menos activa, y por lo tanto sufre menos el transplante a raíz desnuda, pero en nuestro caso, el transplante lo realizamos manteniendo el pan de tierra, y por lo tanto, no hay riesgo si lo hacemos siguiendo estos sencillos pasos. 



¿Y a qué envase debemos pasarlo? No debemos pasarlo a uno que sea demasiado grande por una simple razón, y es que con el riego, los nutrientes de las macetas se van lavando. Por eso debemos utilizar alguno que sea lo suficientemente grande para que pueda desarrollarse, pero no tan grande como para que la tierra pierda nutrientes con el tiempo. 

Así que elegimos un balde de 4 litros. Y vamos a preparar la mezcla de sustratos. En este caso, usamos partes iguales de compost y tierra abonada, y le agregamos un poco de hojas secas para evitar que la tierra se apelmace demasiado. Las hojas con el tiempo van a descomponerse y aportar nutrientes al sustrato. 




El compost lo hacemos de forma casera con los restos orgánicos vegetales (cáscaras de frutas y verduras, partes no utilizadas de vegetales, restos de yerba, saquitos de té, hojas, restos de poda y hasta podemos utilizar papel y cartón). Eso nos da la ventaja de que reducimos muchísimo la basura generada. En mi caso, actualmente estoy sacando una bolsa de basura del tamaño de una de supermercado cada 10 días. Un buen compost, genera condiciones propicias para la proliferación de lombrices de tierra, que vamos a meter en la mezcla ya que seguirán nutriendo la tierra y evitando su apelmazamiento.
En este caso vamos a usar una maceta ya que este espinillo va a tener varios pasajes durante un par de años hasta llegar a tierra, así que prefiero poder usar un envase que no tenga que romperlo en el transplante. Sin embargo, si este fuera el tamaño máximo de envase al que voy a transplantar podría usar un bidón de agua reciclado como hago con los transplantes de enredaderas.


 Cissus verticilata (cortina de cielo) transplantada en envase de agua mineral cortado juntado de la calle. Utilizar estos envases evita que vayan a la basura común y terminen contaminando los ríos.


Preparamos la mezcla en la maceta más grande y llenamos dejando un espacio del tamaño del pan de tierra de la planta a transplantar. Regamos la mezcla recién preparada , y comenzamos con el transplante.
Debemos tener especial cuidado en no desarmar el pan de tierra, ya que si las raíces quedan expuestas al aire pierden su función absortiva, y la planta se vuelve incapaz de absorber agua. Esto es porque las raíces absorben el agua por capilaridad, y para eso necesitan un gradiente de humedad, que se pierde cuando quedan expuestas al aire.
Para evitar que el pan se desarme tapamos la superfice superior de la maceta y la damos vuelta, de manera que el pan de tierra caiga por gravedad (nunca tirar hacia arriba).



Acá lo estamos haciendo con una maceta chica, y el pan salió en una sola pieza. Pero este mismo cuidado hay que tenerlo por ejemplo para transplantar plantas que están en envases de 20 litros, y que son muchos más difíciles de sacar: siempre por gravedad, o rompiendo el envase, pero nunca hay que dejar que el pan de tierra se desarme. tomando en cuenta esta consideración la planta no sufrirá el transplante. Tratar de tirar de la planta agarrándola del tronco, es la forma más habitual de arrancarla de raíz y arruinar el transplante, así que por favor sean pacientes y no lo hagan.




 Con cuidado la depositamos sobre la mezcla en el nuevo envase.


 Y la ubicamos de manera que quede en el centro. En este paso aprovechamos para moverla si nos creció un poco torcida.


 Y tapamos con tierra fértil.

Arriba podemos ponerle un poco de resaca de río.

 Que muchas veces viene con alguna que otra plantita germinada, y como la junté a orillas del Río de la Plata, y espero que sea de alguna especie nativa, voy a dejarla que crezca en la maceta del espinillo.

Y finalmente quedamos felices y contentos con nuestra planta transplantada. El siguiente paso es aplastar el centro para que no quede aire entre la mezcla, y regar.


Y ponerla en un lugar adecuado. 

Para el pasaje a tierra es el mismo procedimiento, sólo que en un tamaño mayor, ya sea en un envase grande (balde de 20), o en un envase más chico como el ombú en el balde de 10.  En ese caso, cavamos hasta una profundidad como la del envase a transplantar y regamos, sacamos a la planta de su envase (por gravedad o rompiendo el envase) sin desarmar el pan de tierra, y luego enterramos. 


 















































Transplante de ombú durante el taller "pequeños jardines para la restauración ambiental", del 5 de diciembre de 2018.  

¿Qué pasa si se nos desarma el pan de tierra en el intento?

En ese caso tenemos que tener en cuenta que la planta va a ser incapaz de absorber agua hasta que se recupere. Pero en cambio, sí va a perder agua a través de las hojas por transpiración. Entonces existen varias soluciones: si la planta es chica, podemos meterla en un recipiente plástico tipo tupper cerrar con tapa y echar agua para que el aire del recipiente se sature. Esto va a evitar que la planta se deseque hasta que pueda recuperar su raíces. Si la planta es muy grande podemos envolverla en una bolsa de plástico (como las  bolsas en las que viene la tierra) y dejarla a la sombra y en un ambiente donde no le dé el sol durante un par de días a semanas, dependiendo del tamaño de la planta. 
Y la otra opción es cortarle la mayor cantidad de hojas posible para evitar la transpiración. sin embargo, si la planta tiene pocas reservas de energía, ese procedimiento puede no funcionar.   
Pero si tenemos cuidado, no vamos a llegar a esta situación. 


Ahora sí, cómo dicen un@s amig@s ambientalistas ¡¡Hasta la victoria siembren!!